Se
ve que mi grito asusta a Harry, quien pega un pequeño bote y se queda quieto,
mirándome con una mirada que pide respuestas.
-Corre- susurro, sin darle tiempo a
hablar.
Harry me agarra de la mano, y
corremos. Harry no muy rápido, porque tiene que esperarme, pero yo corro lo más
rápido que mis piernas me lo permiten.
Atravesamos a toda velocidad el pequeño bosque, el camino de arena, el
claro, pasamos por la pineda y, al fin, llegamos al muro. Harry, tras ayudarme
a saltarlo, salta el también.
Al llegar al pueblo, pasamos de
correr a andar deprisa. Me limito a mirar al suelo, pero noto la mirada
interrogativa de Harry cayendo sobre mí. No puedo evitarlo, le miro de reojo y
suelto una carcajada. Ahora ya sí, me esta , mirando como si fuera un alien. Al
recordar el porque de esta situación, noto que las piernas me fallan, y tengo
que apoyarme en Harry para no caerme. Harry, por su parte, me ayuda a sentarme
en un banco a unos cincuenta metros de la puerta de mi casa.
-¿Ahora vas a contarme que has visto?
Porque yo ya no estoy para esas carreras- me dice, poniendo cara de ‘soy un
vejete’.
- Vamos, que vas a cumplir
diecinueve, no novecientos –respondo, soltando una risita.
- Vale, esta bien. Has descubierto
mi secreto- con voz ‘dramática’- pero de verdad, necesito que me digas que has
visto. No soy muy paciente, ya lo sabes.
- Me pareció ver una especia de
sombra entre los árboles, pero no estoy muy segura- respondo, intentando
escabullirme. Estoy completamente segura de que ahí había alguien, o algo,
observándonos.
- Espera, espera. ¿Te pareció ver
algo, o viste algo?
- Creo que había algo, pero ya te he
dicho que no estoy completamente segura.
- Tú y tu indecisión –sonríe
moviendo la cabeza-. Bueno, me parece que te voy a acompañar a casa, tu tío nos va a matar.
-¿Nos va a matar?- pregunto, arqueando las cejas.
- Vale, te va a matar. Encima que lo
decía para darme importancia... Es decir, para que no te preocupases demasiado-
rectifica.
Soltamos una carcajada, mientras nos
encaminamos a mi casa. Tras unos segunditos
de charla, llegamos a nuestro destino. Nos damos un abrazo, y muevo la mano
mientras veo a Harry alejarse, poniendo la cara de los familiares cuando
alguien se va en barco, en las películas en blanco y negro. Le lanzo una mirada
de ‘yo no te conozco’ y entro en casa. Subo perezosamente los escalones que
llevan a mi habitación. Antes de entrar, no pude evitar asomarme a la
habitación de mi tío.
Genial, es tardísimo y él todavía no ha llegado. No puedo
evitar suspirar mientras, ahora sí, me encamino hacia mi habitación.