miércoles, 10 de octubre de 2012

Capítulo 2


-Blablablablablablablablabla…-Dice la nuestra tutora a última hora.

‘’Riiiiiiinggg’’Al fin. El sonido de la salvación. Tengo muchísimas ganas de volver a casa para pedirle perdón a mi madre, tengo la conciencia muy machacada.

            -Y no olvidéis traer mañana el blablablabla…-Insiste, mientras salimos de clase. Esta es pesada con ganas.

 

            El camino a casa se me hace muy corto. Harry y Susan no paran de decirme que no corra, que no hay prisa. Susan se para en su casa, y nos dice adiós con la mano. Harry y yo correspondemos a la despedida, y seguimos andando. En cinco metros cruzaremos la esquina para entrar en nuestra calle, quedan unos diez segundos para que mi vida cambie para siempre. Al cruzar la esquina, mi vida entera se derrumba. Mi casa no está. Donde debería estar solo hay un suelo negro llenos de escombros.

 
            Empiezo a correr, nada ni nadie puede pararme. Oigo como Harry grita mi nombre y hecha a correr detrás mía. Llego a la puerta casi a la vez de Harry. Corre mucho más que yo. Me niega con la cabeza, indicando que no va a dejarme entrar, mientras las lágrimas caen por sus mejillas. No le hago caso, entro. Nunca nadie sabrá lo que me arrepentí de mi decisión nada más abrir la puerta. No. No puede ser. Los cadáveres de mis padres y mi hermano completamente carbonizados en el suelo. Si antes creía que estaba llorando, no era nada comparado con lo de ahora. Siento como me desmayo, pero no toco el suelo, alguien me coge.

            *Fin del flashback*

                                   

            Noto como las lágrimas caen por mis mejillas. Recuerdo como aparecí tres días después en un hospital, como me dijeron de una forma un tanto fría que me había quedado sin familia. Me acuerdo también de cómo vino mi tío Robert a decirme que me tenía que mudar. Que tenía que dejar lo poco que me quedaba para irme con el, a este pequeño pueblo a las afueras de Liverpool. Tendría que dejar a Susan y a Harry. Lo único que me quedaba.

 

            *Flashback*

            Dos semanas después:

 

            -¿De verdad te vas?-Susurro Harry, mientras las lágrimas caían por sus mejillas.

            -Si-Dije, quitándole las lágrimas con un dedo- Te voy a echar muchísimo de menos. No se si lo voy a poder aguantar- Dije, rompiendo a llorar de nuevo.

            -Te prometo que no estarás sola. Nunca estarás sola.-Susurro. Podrás hablar conmigo, siempre que quieras. Siempre estaré ahí.-Intentó consolarme.

            -No será lo mismo. Y-yo no se si podré vivir sin ti y tus abrazos, y sin Susan y sus palabras. Harry, no puedo. Y encima le dio una depresión po-por l-lo de-No pude continuar. Me estaba ahogando en mis propias lágrimas.

            -Podrás.-Dijo convencido-Lo de Susan no es tu culpa. Es porque te vas. Y por…-Creo que no continuó por miedo a mi reacción.

            -Porque estaba enamorada de mi hermano. Lo sé.-Dije. Me sorprendió mucho ser capaz de nombrar a mi hermano.-Pero es culpa mía. Si no hubiera discutido con mi madre a lo mejor…-Intentaba proseguir, sin éxito.

            -Sabes tan bien como yo que eso no tiene nada que ver- Susurro, mientras me abrazaba.

            Mi tío, tan inoportuno como siempre, empezó a pitar para que me subiese al coche.

            -Adiós Harry, no pienso dejar de ser tu amiga. Haré todo lo posible y más para seguir en contacto contigo- Las lágrimas no me dejaban continuar.     

            -Hey, no llores, nunca estarás sola. Volveremos a por ti.-Me dijo, mientras me abrazaba. Probablemente su último abrazo. Ese pensamiento me hizo llorar aún más.-Por favor, no llores. Llevas dos semanas llorando, no vuelvas a llorar nunca más.

            -Va-vale, adiós. Te echaré de menos.                                                          

            -Yo también a ti. Recuerda: las princesas como tu no deben llorar. Nunca. Prométeme que no lloraras más.- Susurro, abrazándome.
 
            -Lo prometo.

 
            Después de despedirnos, me subí al coche. Dijera lo que dijese Harry, sabía que nada nunca sería igual.
                                      
            *Fin del flashback*
                                                   
            Mientras acababa de fregar el charco que había hecho en mi habitación, las lágrimas seguían saliendo de mis ojos, y surcando mis mejillas. Para colmo, iba a llegar tarde. Ese era el pensamiento más positivo que tuve en todo el día.
                                                             
            Vale Harry, no cumplí mi promesa. He derramado tantas lágrimas que no se como no se acabaron ya. Pero tú tampoco cumpliste la tuya.

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