jueves, 11 de octubre de 2012

Capítulo 3


            Nada sigue igual. Nada.

                         

            Durante el primer año aquí, todo fue bien. Me costó muchísimo superarlo, y creo que todavía no he logrado hacerlo del todo. Pero Harry y Susan estaban en todas las redes sociales y al lado del teléfono todo el día, por si necesitaba ayuda. Me sentía muy sola aquí, pero saber que ellos estaban ahí para todo  me ayudaba muchísimo.

 

            Todo cambió el día que Harry y yo nos peleamos. Sucedió hace cuatro años, justo en el primer aniversario de la explosión.

 

            Mi primer error ese día, fue ir al instituto. Nada más entrar por la puerta me bombardearon a ‘’lo siento mucho’’, ‘’debes estar pasándolo muy mal’’ y a ‘’ya un año, seguro que lo has superado’’.

 

            A veces pienso que la gente es verdaderamente gilipollas. ¿Cómo voy a superar la pérdida de mi familia, separarme de mis dos mejores amigos y cambiarlo todo en un año? Hubiera sido mejor que no me hubiesen dicho nada. Salí corriendo de clase, no podía más. Al llegar a mi casa, me conecté a todo. Esperé hasta la hora que suelen llegar a casa. Deberían estar conectados. Sabían que hoy se cumplía un año de… aquello. Aquí esta. Susan. Automáticamente empiezo a contarle todo lo que me pasó hoy, mientras me consuela. Me desahogo, lloro, grito, pero necesito hablar con Harry. No se conectó en todo el día.

Ahora me arrepiento muchísimo de lo que hice. Susan me contó que su tío  favorito había muerto en un accidente de tráfico. Necesitaba mi apoyo, me necesitaba. Y yo lo único que hice fue echarle en cara todo, sin dejarle explicarse. Intenté volver a hablar con él  pero no quería hablar conmigo. No pudo perdonarme; normal.

 

            Encima ahora es ‘’famoso’’. Me enteré hace apenas dos meses, y supuso un duro golpe para mí. Enterarme de que millones de chicas le conocían, y de que seguramente había cambiado. De que había gente que le odiaba sin razón, y de que ya no podría volver a hablar con él.

 

            Le echo de menos. Sus abrazos, sus ojos, su sonrisa, sus palabras, su voz. A él. Perdí mi oportunidad. Sólo se que si le volviese a ver, no le pediría perdón. No por orgullo, sino porque será mucho más feliz sin mí. Me costó muchísimo tomar esa decisión, pero es lo mejor. Quiero su felicidad por encima de la mía. Encima ahora es famoso y tiene a millones de chicas que matarían por hacerle feliz. Después de lo que le hice, no merezco su amistad. Soy la peor persona del mundo.

 
        Justo cuando decido decirle a mi tío que hoy no iré porque estoy enferma, llaman a la puerta.

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