domingo, 28 de octubre de 2012

Capítulo 9


            - Harry, ¿de qué estás hablando?- pregunto confusa. Fui yo la que le deje solo. No entiendo nada.

            - ¿No querías hablar? Ven.- dice, cogiéndome de la mano y tirando de mí hacia la puerta. Cojo el abrigo con la otra mano y salí detrás suya.

            - ¿Dónde vamos?- pregunto curiosa.

            - A un sitio que seguramente ya conozcas; y si no, que espero que te guste- responde con una sonrisa.  Últimamente nuestras conversaciones son muy falsas. Muchas sonrisas donde en realidad hay lágrimas, falsos ‘’vale’’ y mucha monotonía. Lágrimas, sonrisas; y otra vez igual. Antes yo podía hablar con Harry sin llorar, hablábamos sin silencios incómodos y todo era perfecto. Nos contábamos todo, sin miedo de los que el otro pudiese pensar. ¿Qué nos ha pasado?

            Seguimos andando en silencio, dos, tres, cuatro minutos. Después Harry saltó un muro, y yo tras él. Bajamos por un estrecho camino de pinos y llegamos a un pequeño claro. Me indica con la mano que siga hacia la derecha, y nos internamos en otro camino, esta vez mucho más oscuro. Tras atravesar otro camino, un poco  más largo, llegamos a una especie de peña cubierta de musgo, de la que nace un árbol muy extraño. Tiene unas ramas muy largas, y, abajo, justo donde el tronco se mete en la piedra, hay una rama muy ancha con un gran redondel plano en medio. Harry me indica con un gesto que me siente enfrente suya en el redondel.

            - ¿Habías venido aquí antes?- niego con la cabeza.- Perfecto. ¿Y te gusta?

            - Sí, es precioso- digo, con mi típica sonrisita. La verdad es que aquí hablaremos muy tranquilos. Eso es justo lo que necesitamos; hablar de una vez. Necesito explicaciones, y supongo que el también.

            - Bueno, eh… quería decirte una cosa- susurra mientras raspa el musgo de la piedra con la mano.

            - Te escucho.

            - Violeta, lo siento… muchísimo.                                                                     

            -¿Qué?- Debo de tener una cara de confusión tremenda, porque Harry me sonríe levemente y continua hablando.

            - No haber cumplido mi promesa. Que nuestra amistad acabase por mi culpa. Pero tengo una explicación.

            - Ya es demasiado tarde. De todas formas, yo tampoco cumplí la mía- susurro, mientras las lágrimas caen por mis mejillas. Me estoy convirtiendo en la ‘típica’ que llora hasta  para respirar. Es algo que nunca he soportado. Hay que llorar cuando hay que llorar. Punto.

            - ¿Demasiado tarde para que?

            - Pues para que todo vuelva a ser como antes.- Susurro, mientras pienso algo así como ‘no es tan difícil’.

            - Pues yo he venido precisamente para eso. Lo siento. Fui la persona más estúpida del mundo. No quise hablarte por una estupidez. – Musita.

            -¿Me puedes decir cual fue la estupidez?

1 comentario:

  1. Hola... decirte que esta novela es genial y espero que la sigas cuanto antes :) está muy bien xx

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