martes, 30 de octubre de 2012

Capítulo 10

                         

- ¿Me vas a obligar a decírtelo?- pregunta.

            - Si.- respondo mirándole a los ojos.

            Harry toma aire y continúa.

            -¿Te acuerdas de Richard?

            Mi cerebro procesa el nombre. Muchos Richards. Richards de Holmes Chapel… solo uno.

            -¿Richard Handerson? ¿El que cuando éramos pequeños nos tiraba arena a Susan y a mi a la cabeza, y tú le pegabas con la pala? Inolvidable- bufo- ¿Pero que tiene que ver…?- Pregunto.

            - Todo- musita interrumpiéndome.- Justo el día antes de ‘’el primer aniversario’’ nos llamó, a mi y a Susan.  Nos pregunto si nos atrevíamos a entrar en una apuesta. Me propuso no hablarte en todo un día, y tenía que ser el día del aniversario.  Susan tiró de mí para irnos, pero no le hice caso. Estaba un poco trastocado. No sabía porque alguien nos podía decir una cosa tan tremendamente estúpida. Rechacé la apuesta. Amenazó con pegarle una paliza a Susan. No lo quería creer, ella misma me dijo que no lo hiciera, pero se había puesto blanca. Verás, el año después de que te fueras, Richard se fue con unos ‘amigos’ nuevos, por decirlo así. ‘Pegaban’ a todo el que no hacía lo que ellos querían. Mucha gente acabó en el hospital. En ese momento no sabía que hacer. Opté por la opción cobarde, decirle que si. Susan lo pasó peor que yo, cree que todo esto ha sido por su culpa. Por eso se inventó lo de mi tío. He conseguido convencerla de que no es su culpa.- se apresura a decir, viendo que voy a saltar-.

            - Harry, yo… lo siento- musito.-No te escuché. Aun pensando que era lo de tu tío lo deje pasar. Soy horrible. Me odio a mi misma por haberte abandonado completamente, cuando lo hiciste todo por Susan. ¿Pero por qué no volviste a hablarme después?- eso era una duda que tenía que solucionar.

            - Pues… porque creía que lo mejor para ti era separarte de mí.- susurra.- Y bueno… ¿me perdonas?

            - Solo si me perdonas tú a mi- Sonrío.

            - Hecho. Aunque no se de qué te tengo que perdonar.

            Y  nos fundimos en un abrazo. Este es nuestro primer abrazo verdadero en mucho tiempo. Los echaba de menos. Dura unos diez minutos. Después, lentamente, nos separamos. Es completamente de noche. Harry me indica con un gesto que baje detrás suya. Me da la mano, y bajo el último tramo de un saltito. Andamos unos diez metros y me paro en seco. Siento como si mi corazón se olvidase de latir. Justo detrás de un árbol hay alguien completamente quieto, observándonos. Apenas se ve, es como una sombra.

            Grito.

domingo, 28 de octubre de 2012

Capítulo 9


            - Harry, ¿de qué estás hablando?- pregunto confusa. Fui yo la que le deje solo. No entiendo nada.

            - ¿No querías hablar? Ven.- dice, cogiéndome de la mano y tirando de mí hacia la puerta. Cojo el abrigo con la otra mano y salí detrás suya.

            - ¿Dónde vamos?- pregunto curiosa.

            - A un sitio que seguramente ya conozcas; y si no, que espero que te guste- responde con una sonrisa.  Últimamente nuestras conversaciones son muy falsas. Muchas sonrisas donde en realidad hay lágrimas, falsos ‘’vale’’ y mucha monotonía. Lágrimas, sonrisas; y otra vez igual. Antes yo podía hablar con Harry sin llorar, hablábamos sin silencios incómodos y todo era perfecto. Nos contábamos todo, sin miedo de los que el otro pudiese pensar. ¿Qué nos ha pasado?

            Seguimos andando en silencio, dos, tres, cuatro minutos. Después Harry saltó un muro, y yo tras él. Bajamos por un estrecho camino de pinos y llegamos a un pequeño claro. Me indica con la mano que siga hacia la derecha, y nos internamos en otro camino, esta vez mucho más oscuro. Tras atravesar otro camino, un poco  más largo, llegamos a una especie de peña cubierta de musgo, de la que nace un árbol muy extraño. Tiene unas ramas muy largas, y, abajo, justo donde el tronco se mete en la piedra, hay una rama muy ancha con un gran redondel plano en medio. Harry me indica con un gesto que me siente enfrente suya en el redondel.

            - ¿Habías venido aquí antes?- niego con la cabeza.- Perfecto. ¿Y te gusta?

            - Sí, es precioso- digo, con mi típica sonrisita. La verdad es que aquí hablaremos muy tranquilos. Eso es justo lo que necesitamos; hablar de una vez. Necesito explicaciones, y supongo que el también.

            - Bueno, eh… quería decirte una cosa- susurra mientras raspa el musgo de la piedra con la mano.

            - Te escucho.

            - Violeta, lo siento… muchísimo.                                                                     

            -¿Qué?- Debo de tener una cara de confusión tremenda, porque Harry me sonríe levemente y continua hablando.

            - No haber cumplido mi promesa. Que nuestra amistad acabase por mi culpa. Pero tengo una explicación.

            - Ya es demasiado tarde. De todas formas, yo tampoco cumplí la mía- susurro, mientras las lágrimas caen por mis mejillas. Me estoy convirtiendo en la ‘típica’ que llora hasta  para respirar. Es algo que nunca he soportado. Hay que llorar cuando hay que llorar. Punto.

            - ¿Demasiado tarde para que?

            - Pues para que todo vuelva a ser como antes.- Susurro, mientras pienso algo así como ‘no es tan difícil’.

            - Pues yo he venido precisamente para eso. Lo siento. Fui la persona más estúpida del mundo. No quise hablarte por una estupidez. – Musita.

            -¿Me puedes decir cual fue la estupidez?

domingo, 21 de octubre de 2012

Capítulo 8


En mi cara aparece una mueca de dolor que se ve interrumpida cuando me recorre un escalofrío.

            Odio las pesadillas. ¿Para que sirven? Para nada. Únicamente para que la gente se vuela paranoica. Pero esta pesadilla me ha impresionado.

            Nunca he soñado con nada relacionado con el mundo denominado ‘’paranormal’’. Ni monstruos, ni brujas, ni espíritus. Pero últimamente veo muchas películas de miedo, y leo muchas historias. Por lo que veo me han dejado secuelas.

            Miro el despertador. Perfecto, las nueve. En dos horas va a venir Harry, y así me da tiempo a enredar un rato. Me levanto del suelo con cara dolorida y busco con la vista mi bata azul. Soy de las personas que no soportan el frío. Lo llevo horriblemente fatal. Cuando estoy en  casa siempre llevo un polar, y cuando estoy en pijama una bata.

            Entro en el baño y comienzo  a desvestirme perezosamente.  Me meto en la ducha, el agua esta congelada. Resoplo y aumento el ritmo, para estar el menor tiempo posible en la ducha. Me lavo el pelo con mi champú ‘’hacendado’’ y salgo de la ducha. Si, champú hacendado.

            Me desenredo el pelo despacio y me doy un poco con el secador.  Mi pelo es liso y largo, más o menos por la mitad de la espalda, y de un marrón muy claro. Tengo unos ojos azules verdosos muy grandes, y con rayas amarillas y grises. Mi nariz y mis orejas son pequeñas, y tengo los labios rosas de forma natural. Creo que lo único que me gusta de mi son mis ojos. Soy de estatura media, y no estoy gorda ni delgada. No soy ni guapa, ni fea. Soy normal. Lo único normal en mi es mi físico. Mi personalidad en más… Extraña.

            Salgo de mi ensimismamiento y empiezo a vestirme. Salgo del baño cerrando la puerta tras de mí y bajo las escaleras que me llevarán hacia el desayuno de dos en dos, dando pequeños saltitos. Me preparo un zumo de naranja y me como dos galletas. No soy de comer mucho.

            Cuando estoy acabando, llaman al timbre.

            - Buenos días- Sonríe Harry.

            - Hola.

            - Estas muy seria.

            - No es eso, estoy… somnolienta.

            - Ah. ¿Nos vamos ya?

            - Si, espera que cojo un abrigo. Ven si quieres- Sonrío, dejándole pasar.

            - Me gusta el salón. Tiene mucha luz.- sonríe- ¿En qué trabaja tu tío?

            - Es director de una empresa de fabricar muebles, o algo así. Nunca está en casa.- susurro bajando la cabeza.

            Es la verdad. Mi tío sólo está en casa los domingos por la tarde. Llega todos los días cuando estoy dormida, y se va a trabajar cuando aun no me levanté. No le veo nada, porque los domingos se pasa la tarde trabajando con el ordenador.

            Al pensar he tenido que poner una cara de tristeza gigantesca, porque de pronto, sin venir a cuento, Harry me abraza. Aunque un abrazo de Harry siempre viene a cuento.

            - Siento mucho, muchísimo, haberte abandonado de la forma en que lo hice- susurra.

jueves, 18 de octubre de 2012

Capítulo 7


-Harry, yo…No quería decir eso, e-es solo que…- susurro mirando al suelo. Para ser la ‘’ofensora’’, parezco la ofendida.

- Tranquila. Ahora voy a acompañarte a casa, mañana te lo explicaré todo.

¿Mañana? ¿ No. Yo necesito pedirle perdón y aclararlo todo ahora. No puedo dejar que se vaya así.

- Harry, tenemos que hablar ya. No podemos seguir posponiéndolo más.

-Lo sé, pero es tarde, y tu tío estará preocupado.

-¿Dónde te vas a quedar?- pregunto, curiosa. La verdad es que no me he preocupado lo más mínimo por él.

- Alquilé la casa enfrente de la tuya. Cuando venga Susan, podemos ir a un pueblo pequeñito que está detrás de la montaña. Eso si, no se le puede llamar pueblo. Son unas cuatro casas con viejecitos y una casa abandonada. Nos tendríamos que quedar ahí- Sonrió divertido.

- Por mi bien- Digo, poniendo cara de suficiencia. Harry sabe que esas cosas siempre me han dado muchísimo miedo. Recuerdo que una vez cuando íbamos al colegio me hizo bajar al sótano con él y con Susan, para ver si era verdad que había fantasmas como decían los mayores. Fantasmas no había, pero si ratas muertas, y un gran castigo por parte de la directora.

-Bueno, ya hemos llegado. Hasta mañana. Te paso a buscar sobre las 11, si te parece bien-dijo abrazándome.

- Perfecto. Adiós.-musito. Abro la puerta, paso y cierro con cuidado. Saludo a mi tío que esta viendo la televisión. Ni siquiera notó mi ausencia. Subo a mi habitación, me pongo el pijama y me acuesto, tengo muchísimo sueño.

Hace frío. Me encuentro en una habitación sin puertas ni ventanas, únicamente hay una pequeña vela, una silla y un cartel, en el que pone una extraña frase:

‘’Nunca es demasiado tarde para dejar volar la imaginación. Imagina, sueña. Pero ten mucho cuidado con los sueños, soñar es muy peligroso’’.

Tras leer la frase, decido intentar salir de allí. Cojo la vela que antes estaba en el suelo y me dispongo a inspeccionar la sala. Es muy grande, como medio estadio de fútbol. Me acerco a la pared más cercana; esta llena de palabras que escapan de mi comprensión. Solamente soy capaz de entender una frase, escrita con pequeñas letras negras:

‘’Si estas leyendo esto es porque estas en un lugar donde no deberías estar’’.

Justo cuando acabo de leer la frase, noto como un objeto cae detrás mía y se rompe. Me doy la vuelta y me agacho a recogerlo. Es un espejo, ahora roto. Lo cojo con cuidado de no cortarme. Inmediatamente después, grito, y lo tiró al suelo. Hay alguien detrás de mí.

 

            ‘’PUM’’. Perfecto. Me acabo de caer de la cama.

                              

martes, 16 de octubre de 2012

Capítulo 6


-Creo que te debería acompañar a casa, va a ser noche cerrada de un momento a otro y no quiero que te maten por mi culpa- Susurró.

            - Vale.- Musité de muy mala gana. Llevaba cinco años sin un abrazo de Harry, las broncas de mi tío me daban igual.

            Me ayudó a levantarme y empezamos a caminar hacia mi casa.

            -Y… ¿Sabes que tal está Susan? La veo por webcam y eso, pero… No es lo mismo- Murmuré.

            - Está bien, viene la semana que viene.          

            -¿De verdad?- Pregunto emocionada. Cinco años sin verlos y ahora… Puáf.

            - Si, de verdad. La llamaré esta noche para decirle que aceptas mi presencia- me miró- Pero de todas formas ella iba a venir. Me dijo que te lo dijera.

            -¿Y cómo has encontrado tiempo? Quiero decir, ahora eres famoso.- Pregunté, mirando al suelo. Violeta, para ya. Deberías alegrarte por él, además, ahora esta aquí.

            Soltó una carcajada, y le miré incrédula.

            -Lo siento, me has pillado desprevenido. Pues estaré dos meses o así, porque después empieza la gira europea- Sonrió.

            - Ah. ¿Y que tal lo de ser famoso?- ¿Sólo dos meses? ¿Y después que, todo volverá a ser como antes?

            Hacer esa pregunta fue una buena idea, porque noté como se encendían sus ojos y se iluminaba su cara, donde apareció también una sonrisa.

-Pues… Genial. Si quieres un día te presento a los chicos.

            Noto como, sin querer, mi nariz se arruga. No estoy segura de querer conocerles.  Si viniesen aquí, a este mini pueblo, sería una locura. Hay muchas que serían capaces de colarse por la ventana con tal de tocar a Harry, o simplemente gritarle a la cara. Es una persona, y por mucho que pasemos siempre será mi mejor amigo, y no pienso permitir que unas locas gritonas arruinen su estancia aquí, para que no pueda volver nunca más.

            - Vale, cuando quieras. Pero será una locura, y seguro que lo sabes- Sonreí, con mi típica ‘’sonrisa falsa’’.

            - Sabemos pasar desapercibidos- Sonrió.

            - Ya, pero es que…- No estaba del todo convencida.

            - ¿No te gusta la banda?                       

            No entiendo como a alguien se le puede ocurrir eso. ¿Cómo no va a gustarme la banda en la que está mi mejor amigo?

            - No es eso. Es simplemente que no se como reaccionaré al conocer a las personas por las que me cambiaste.- Mierda. Acabo de pensar en voz alta, otra vez. Y, aunque estemos en la oscuridad, noto cómo los ojos de Harry se humedecen.

sábado, 13 de octubre de 2012

Capítulo 5


Me siento en el suelo, aterrada. No, no, y no. No puede ser. Es increíble. Pero en el mal sentido. Sé que ha pasado mucho tiempo y que debería haberlo superado, pero no lo he hecho. Ni siquiera lo intenté. Me limité a llorar y a desahogarme, pero no a pensar soluciones.

 

            -Pues es- Musita, sentándose enfrente mía.

            -¿Qué haces aquí?- Pregunto, mientras las lágrimas acuden a mis ojos sin que nadie las llame. Otra vez. Me tiembla la voz.

            -Por favor, no llores.

            -¿Cómo quieres que no llore? Cuatro años, Harry, cuatro años.- Respondo. No se como lo hago, pero me estoy ahogando en mis propias lágrimas.- Y, por favor, respóndeme.

            -He venido a arreglar las cosas.

            -¿No crees que es un poco tarde para eso?- Me estoy pasando, lo sé. Pero le quiero demasiado como para dejarle que vuelva a estar en mi vida. Es un contrasentido, lo sé. Pero últimamente soy una persona horrible, y no quiero hacerle daño a nadie más. Y muchísimo menos a Harry. No le voy a dejar que se quede aquí.

            -¿Violeta, que te ha pasado?-Susurró desconcertado- Tu no eras así.

            - He cambiado, Harry. He cambiado. Ya no soy la niña estúpida con la que podíais hacer lo que os diera la gana, no. No volveré a fiarme de nadie, ni siquiera de ti o Susan. Ahora, si no te importa, vete.- Lo he conseguido. Al fin y al cabo no soy tan terrible mintiendo.

            - Mírame a los ojos y dime que quieres que me vaya. Si lo haces, me montaré en el coche, me iré y no volveré a molestarte nunca. Pero hazlo.- Eso ya iba a ser más difícil. Lo de antes lo dije sin mirarle a los ojos; e aquí la explicación de que pudiese hacerlo.

            Me sequé las lágrimas con el torso de la mano, y me dispuse a hacer lo que me decía.

            Completamente imposible.

            -Cuando quieras- Susurro Harry, con los ojos llenos empañados. No. ¿Cómo puedo ser tan horrible? No puedo mentirle de esa forma, ver cómo se va completamente destrozado y no hacer nada.

            -No puedo.

 Eso no era lo que tenía que decir. Solo tenía que decir un simple ‘’vete’’. De pronto, siento como si algo se desgarrase en mi interior, como si cuatro años de dudas, tristeza, soledad, culpabilidad y depresión explotasen. Cuatro años completamente sola, sin poder contarle a nadie por lo que estaba pasando, por miedo a preocuparles. Cuatro años de completa angustia explotan dentro de mí. Salen al exterior en forma de lágrimas. Parezco una fuente.

-Me puedo ir si quieres, pero por favor, deja ya de llorar.

- No Harry, no te vayas, por favor- Soy horrible. No tenía que haber dicho eso. Pero ya no hay marcha atrás.

 

Me abraza.                                                           

viernes, 12 de octubre de 2012

Capítulo 4


-Adelante- Musito, secándome las lágrimas.

- Violeta, ¿por qué tardas tanto en bajar a desayunar? ¿Estás bien?

- Tío Robert, ¿te importaría que hoy me quedase en casa?

- Depende. ¿Qué te pasa? Estás muy blanca y tienes los ojos rojos. No me mientas, se que has estado llorando. Hoy puedes faltar, pero si sigues así vas a tener que empezar a ir a un psicólogo. Lloras todos los días. Ya tienes 18 años, hace cinco años de la explosión, tienes que superarlo.-Dijo, y salió de la habitación sin darme tiempo a explicarme.

                                                                         

Genial. Geeeeeeenial. No se como sabe mi tío que lloro, lo oculto muy bien. Vale, no valgo para actriz. Me pasa desde pequeña, soy muy mala mentirosa. Todo el mundo ve a primera vista como soy y como me siento, menos yo. Me lo dicen a menudo, soy como un libro abierto. Eso tiene sus cualidades y sus defectos.

                                                                                                               

He cambiado mucho  desde lo de Harry. Antes era alegre, confiada, sincera, habladora. Ahora no. Suelo estar triste, e intento ocultar mis sentimientos continuamente, sin éxito. No confío ni siquiera en mi misma. No hablo con nadie, paso las horas escribiendo, escuchando música, dibujando. Vivo completamente encerrada en mi misma, el exterior hace demasiado daño.

 

Al igual que los sueños.

 

Odio soñar mientras duermo, siempre sueño lo mismo. Luego me despierto con la cara bañada en lágrimas, y estoy todo el día deprimida. Hago a mi tío preocuparse, lo paso mal, y casi nunca los recuerdo. Encima de no recordarlos, cosa que con mi memoria es normal, lloro todas las noches, y siempre mojo la almohada. Eso es lo único que me da una pista sobre lo que he podido soñar. Es horrible.

                

Suspiro, y decido levantarme de la cama. Me duele mucho la cabeza, voy a dar una vuelta para despejarme. Me visto y me peino, me tomo un zumo mal tomado y salgo a la calle. De pronto, oigo ruidos detrás de la esquina. Genial. Me meto la mano en el bolsillo de la sudadera buscando las llaves. No están. Perfecto. Sin pensármelo dos veces, hecho a correr hacia el bosque de detrás de mis casa. Quien sea o lo que sea me esta siguiendo. Aprieto todo lo que puedo, que es poco. Creo que ya mencioné que no soy demasiado buena corriendo.

                                                                                  

Ya no se que hacer, me escondo detrás de un sauce llorón. No se oyen pasos. He despistado a mi perseguidor. Me dispongo a salir de mi escondite, y me quedo paralizada.

                                                                                                                   

-No puede ser…-Susurro aterrada, mientras las lágrimas caen por mis mejillas.

jueves, 11 de octubre de 2012

Capítulo 3


            Nada sigue igual. Nada.

                         

            Durante el primer año aquí, todo fue bien. Me costó muchísimo superarlo, y creo que todavía no he logrado hacerlo del todo. Pero Harry y Susan estaban en todas las redes sociales y al lado del teléfono todo el día, por si necesitaba ayuda. Me sentía muy sola aquí, pero saber que ellos estaban ahí para todo  me ayudaba muchísimo.

 

            Todo cambió el día que Harry y yo nos peleamos. Sucedió hace cuatro años, justo en el primer aniversario de la explosión.

 

            Mi primer error ese día, fue ir al instituto. Nada más entrar por la puerta me bombardearon a ‘’lo siento mucho’’, ‘’debes estar pasándolo muy mal’’ y a ‘’ya un año, seguro que lo has superado’’.

 

            A veces pienso que la gente es verdaderamente gilipollas. ¿Cómo voy a superar la pérdida de mi familia, separarme de mis dos mejores amigos y cambiarlo todo en un año? Hubiera sido mejor que no me hubiesen dicho nada. Salí corriendo de clase, no podía más. Al llegar a mi casa, me conecté a todo. Esperé hasta la hora que suelen llegar a casa. Deberían estar conectados. Sabían que hoy se cumplía un año de… aquello. Aquí esta. Susan. Automáticamente empiezo a contarle todo lo que me pasó hoy, mientras me consuela. Me desahogo, lloro, grito, pero necesito hablar con Harry. No se conectó en todo el día.

Ahora me arrepiento muchísimo de lo que hice. Susan me contó que su tío  favorito había muerto en un accidente de tráfico. Necesitaba mi apoyo, me necesitaba. Y yo lo único que hice fue echarle en cara todo, sin dejarle explicarse. Intenté volver a hablar con él  pero no quería hablar conmigo. No pudo perdonarme; normal.

 

            Encima ahora es ‘’famoso’’. Me enteré hace apenas dos meses, y supuso un duro golpe para mí. Enterarme de que millones de chicas le conocían, y de que seguramente había cambiado. De que había gente que le odiaba sin razón, y de que ya no podría volver a hablar con él.

 

            Le echo de menos. Sus abrazos, sus ojos, su sonrisa, sus palabras, su voz. A él. Perdí mi oportunidad. Sólo se que si le volviese a ver, no le pediría perdón. No por orgullo, sino porque será mucho más feliz sin mí. Me costó muchísimo tomar esa decisión, pero es lo mejor. Quiero su felicidad por encima de la mía. Encima ahora es famoso y tiene a millones de chicas que matarían por hacerle feliz. Después de lo que le hice, no merezco su amistad. Soy la peor persona del mundo.

 
        Justo cuando decido decirle a mi tío que hoy no iré porque estoy enferma, llaman a la puerta.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Capítulo 2


-Blablablablablablablablabla…-Dice la nuestra tutora a última hora.

‘’Riiiiiiinggg’’Al fin. El sonido de la salvación. Tengo muchísimas ganas de volver a casa para pedirle perdón a mi madre, tengo la conciencia muy machacada.

            -Y no olvidéis traer mañana el blablablabla…-Insiste, mientras salimos de clase. Esta es pesada con ganas.

 

            El camino a casa se me hace muy corto. Harry y Susan no paran de decirme que no corra, que no hay prisa. Susan se para en su casa, y nos dice adiós con la mano. Harry y yo correspondemos a la despedida, y seguimos andando. En cinco metros cruzaremos la esquina para entrar en nuestra calle, quedan unos diez segundos para que mi vida cambie para siempre. Al cruzar la esquina, mi vida entera se derrumba. Mi casa no está. Donde debería estar solo hay un suelo negro llenos de escombros.

 
            Empiezo a correr, nada ni nadie puede pararme. Oigo como Harry grita mi nombre y hecha a correr detrás mía. Llego a la puerta casi a la vez de Harry. Corre mucho más que yo. Me niega con la cabeza, indicando que no va a dejarme entrar, mientras las lágrimas caen por sus mejillas. No le hago caso, entro. Nunca nadie sabrá lo que me arrepentí de mi decisión nada más abrir la puerta. No. No puede ser. Los cadáveres de mis padres y mi hermano completamente carbonizados en el suelo. Si antes creía que estaba llorando, no era nada comparado con lo de ahora. Siento como me desmayo, pero no toco el suelo, alguien me coge.

            *Fin del flashback*

                                   

            Noto como las lágrimas caen por mis mejillas. Recuerdo como aparecí tres días después en un hospital, como me dijeron de una forma un tanto fría que me había quedado sin familia. Me acuerdo también de cómo vino mi tío Robert a decirme que me tenía que mudar. Que tenía que dejar lo poco que me quedaba para irme con el, a este pequeño pueblo a las afueras de Liverpool. Tendría que dejar a Susan y a Harry. Lo único que me quedaba.

 

            *Flashback*

            Dos semanas después:

 

            -¿De verdad te vas?-Susurro Harry, mientras las lágrimas caían por sus mejillas.

            -Si-Dije, quitándole las lágrimas con un dedo- Te voy a echar muchísimo de menos. No se si lo voy a poder aguantar- Dije, rompiendo a llorar de nuevo.

            -Te prometo que no estarás sola. Nunca estarás sola.-Susurro. Podrás hablar conmigo, siempre que quieras. Siempre estaré ahí.-Intentó consolarme.

            -No será lo mismo. Y-yo no se si podré vivir sin ti y tus abrazos, y sin Susan y sus palabras. Harry, no puedo. Y encima le dio una depresión po-por l-lo de-No pude continuar. Me estaba ahogando en mis propias lágrimas.

            -Podrás.-Dijo convencido-Lo de Susan no es tu culpa. Es porque te vas. Y por…-Creo que no continuó por miedo a mi reacción.

            -Porque estaba enamorada de mi hermano. Lo sé.-Dije. Me sorprendió mucho ser capaz de nombrar a mi hermano.-Pero es culpa mía. Si no hubiera discutido con mi madre a lo mejor…-Intentaba proseguir, sin éxito.

            -Sabes tan bien como yo que eso no tiene nada que ver- Susurro, mientras me abrazaba.

            Mi tío, tan inoportuno como siempre, empezó a pitar para que me subiese al coche.

            -Adiós Harry, no pienso dejar de ser tu amiga. Haré todo lo posible y más para seguir en contacto contigo- Las lágrimas no me dejaban continuar.     

            -Hey, no llores, nunca estarás sola. Volveremos a por ti.-Me dijo, mientras me abrazaba. Probablemente su último abrazo. Ese pensamiento me hizo llorar aún más.-Por favor, no llores. Llevas dos semanas llorando, no vuelvas a llorar nunca más.

            -Va-vale, adiós. Te echaré de menos.                                                          

            -Yo también a ti. Recuerda: las princesas como tu no deben llorar. Nunca. Prométeme que no lloraras más.- Susurro, abrazándome.
 
            -Lo prometo.

 
            Después de despedirnos, me subí al coche. Dijera lo que dijese Harry, sabía que nada nunca sería igual.
                                      
            *Fin del flashback*
                                                   
            Mientras acababa de fregar el charco que había hecho en mi habitación, las lágrimas seguían saliendo de mis ojos, y surcando mis mejillas. Para colmo, iba a llegar tarde. Ese era el pensamiento más positivo que tuve en todo el día.
                                                             
            Vale Harry, no cumplí mi promesa. He derramado tantas lágrimas que no se como no se acabaron ya. Pero tú tampoco cumpliste la tuya.

martes, 9 de octubre de 2012

Capítulo 1


Todo ocurrió un 22 de junio, 2007,  un día que a todos les encanta, menos a mí.
                
*Flashback*
‘’Ring’’. El odiado ‘’ring’’ de todas las mañanas. Pero hoy es un día especial. Es el último día de curso. Me levanto sonriendo, y me dispongo a vestirme y peinarme, para  bajar a desayunar.
                                   
Salvo los dos últimos escalones de un pequeño saltito, y meto la tostada en el tostador. El ‘’chack!’’ de la tostadora hace que me sobresalte, y que empiece a prepararme la tostada. Mantequilla y mermelada de naranja.
De pronto, mi madre irrumpe en la cocina con un papel arrugado en la mano y un evidente gesto de enfado.
-¿¡Sé puede saber que es esto!?-Me grita.
-Ma-mamá, e-eso es el…-Musito avergonzada mirando al suelo.
-Se perfectamente lo que es, Violeta. ¿Desde cuando suspendes los exámenes de naturales?-Exige saber.
-Este ha sido el único suspenso del curso mamá, lo prometo-Asegure.
-Me da igual, este examen es de hace dos semanas, y no me lo habías contado. Castigada sin salir dos semanas, y se acabo lo de irte dos semanas con Harry y Susan a su casa de playa- Gritó.
-¡Eres la peor madre del mundo!¡Te odio!- Dije llorando-¡Estaría mejor en un orfanato, así por lo menos no tendría que aguantar esto!-Grite. Salí de la cocina corriendo, no quería ver la reacción de mi madre, no quería pedirle perdón. Cogí mi mochila y salí de casa dando un portazo, y llorando.
 
Al salir, me estaban esperando Harry y Susan en la puerta. Me miraron con gesto evidentemente preocupado.
            -¿Estás bien?- Preguntó Susan, abrazándome. Sabían que odiaba discutir con mi madre, y que a pesar de eso lo hacía todos los días.
            -¿Pero no le ves? Está llorando.  ¿Quiéres que entremos contigo a hablar con tu madre?-Me preguntó Harry.
            -No –Dije, secándome las lágrimas.- Prefiero hablar con ella al volver del instituto, cuando estemos las dos un poco más calmadas- Aseguré, para convencerles.
            -Vale, si estas segura vámonos. No quiero llegar tarde, además tu madre sale para irse a trabajar en unos minutos- Me recordó Susan.
            -Seguro que te perdona, es tu madre –Me susurró Harry. No estaba convencida, me había pasado. Pero aun así, asentí con la cabeza. Nos levantamos del bordillo, para después encaminarnos hacia el instituto.
 

lunes, 8 de octubre de 2012

Introducción


Esta vez, el sueño es distinto al de todas las noches. Voy en una pequeña balsa de madera por un túnel oscuro, y aparece una puerta. Escucho una voz, que proviene de algun lugar tras la puerta. No. Esa voz no, por favor. Violeta Applewhite, no abras esa puerta. Ni se te ocurra; intento fallido. La curiosidad puede conmigo, y la abro. Otra vez no. Pero esta vez no aparto la mirada de sus ojos, esos ojos verdes que llevaban cinco años sin aparecer en mis sueños.

                                                                                                                               

Me despierto sobresaltada, no recuerdo nada.

-‘’¿Tan poca capacidad tengo que no puedo recordar mis sueños?’’-Pienso irritada. Lo odio. Odio levantarme con la cara bañada en lágrimas sin saber porque. Y, últimamente, eso me pasa muy a menudo. Aunque, el porque de eso, si lo sé.

                                                                                                                                             

            Dentro de tres días hará cinco años que mi vida cambió radicalmente, y no para bien.