-
¿Me vas a obligar a decírtelo?- pregunta.
- Si.- respondo mirándole a los
ojos.
Harry toma aire y continúa.
-¿Te acuerdas de Richard?
Mi cerebro procesa el nombre. Muchos
Richards. Richards de Holmes Chapel… solo uno.
-¿Richard Handerson? ¿El que cuando
éramos pequeños nos tiraba arena a Susan y a mi a la cabeza, y tú le pegabas
con la pala? Inolvidable- bufo- ¿Pero que tiene que ver…?- Pregunto.
- Todo- musita interrumpiéndome.-
Justo el día antes de ‘’el primer aniversario’’ nos llamó, a mi y a Susan. Nos pregunto si nos atrevíamos a entrar en
una apuesta. Me propuso no hablarte en todo un día, y tenía que ser el día del
aniversario. Susan tiró de mí para
irnos, pero no le hice caso. Estaba un poco trastocado. No sabía porque alguien
nos podía decir una cosa tan tremendamente estúpida. Rechacé la apuesta.
Amenazó con pegarle una paliza a Susan. No lo quería creer, ella misma me dijo
que no lo hiciera, pero se había puesto blanca. Verás, el año después de que te
fueras, Richard se fue con unos ‘amigos’ nuevos, por decirlo así. ‘Pegaban’ a
todo el que no hacía lo que ellos querían. Mucha gente acabó en el hospital. En
ese momento no sabía que hacer. Opté por la opción cobarde, decirle que si.
Susan lo pasó peor que yo, cree que todo esto ha sido por su culpa. Por eso se
inventó lo de mi tío. He conseguido convencerla de que no es su culpa.- se
apresura a decir, viendo que voy a saltar-.
- Harry, yo… lo siento- musito.-No
te escuché. Aun pensando que era lo de tu tío lo deje pasar. Soy horrible. Me
odio a mi misma por haberte abandonado completamente, cuando lo hiciste todo
por Susan. ¿Pero por qué no volviste a hablarme después?- eso era una duda que
tenía que solucionar.
- Pues… porque creía que lo mejor
para ti era separarte de mí.- susurra.- Y bueno… ¿me perdonas?
- Solo si me perdonas tú a mi-
Sonrío.
- Hecho. Aunque no se de qué te
tengo que perdonar.
Y
nos fundimos en un abrazo. Este es nuestro primer abrazo verdadero en
mucho tiempo. Los echaba de menos. Dura unos diez minutos. Después, lentamente,
nos separamos. Es completamente de noche. Harry me indica con un gesto que baje
detrás suya. Me da la mano, y bajo el último tramo de un saltito. Andamos unos
diez metros y me paro en seco. Siento como si mi corazón se olvidase de latir.
Justo detrás de un árbol hay alguien completamente quieto, observándonos.
Apenas se ve, es como una sombra.
Grito.